viernes, 22 de febrero de 2008

Washington Irving

Se acerca el día de Andalucía (28 de febrero) y que mejor forma de celebrarlo que recordando a un personaje que se enamoró de ella.
No, no me refiero a Blas Infante , ni mucho menos, sino a un personaje más entrañable aún si cabe.

Este notable dignatario nació en Nueva York en la primavera de 1783. Su nombre se lo debe al primer presidente de EE.UU.
Washington Irving es considerado como unos de los primeros hispanistas norteamericanos.

Ya desde muy temprana edad comenzó a devorar libros, unos tras otros, entre sus favoritos estaban “Robison Crusoe” y “Las mil y una noches”. Estudio la carrera de derecho pero su vocación llegaba de la mano del periodismo y la literatura.

Realizó varios viajes por Europa y allí trabajó como hombre de negocio junto a sus hermanos. De vuelta a EE.UU. fue bastante reconocido y famoso con su obra “Historia de Nueva York contada por Dietrich Knickerbocker", fama que se vio troncada al morir su joven prometida, Matilda Hoffmamn. Este funesto hecho afectó a Washington Irving de tal forma que lo llevó a tomar la decisión de no casarse nunca.

Pasado el tiempo volvería a Europa, a la empresa de sus hermanos. Allí, viviría rodeado de un círculo de literatos e, incluso, tuvo un romance con Mary Shelley; que os debe sonar, pues es la autora de la novela de Frankenstein.

En 1820 publica “Libro de apuntes” donde se encuentra la fantástica historia titulada “La leyenda de Sleepy Hollow” adaptada al cine en 1999 por Tim Burton.

No obstante, lo que nos interesa es su recorrido en España, concretamente, por Andalucía.
Su corta pero fructífera estancia -de 1829 a 1832- se debió porque fue llamado para indagar documentos relacionados con el descubrimiento de América.
Para documentarse, además de investigar los escritos existentes en el "Escorial", recorrió gran parte de la geografía española.

Sevilla sería otra de sus paradas obligatorias indudablemente, pues la relación de esta ciudad con América fue muy estrecha.
De la adquisición de estos conocimientos surgiría las obras: “Hª de la vida y viajes de Cristóbal Colón” (1828) y “Crónica de la conquista de Granada” (1829).


La cultura árabe que durante tantos siglos había quedado plasmada en Andalucía fue otro de los intereses de Washinton Irving.

Las tradiciones, la belleza de las arquitecturas heredadas y su gente fueron un incipiente frenético de ideas que daría lugar a otras de sus obras más consolidadas, “Cuentos de la Alhambra” (1832).


Su apasionante historia y su viaje romántico terminaría el 28 de noviembre de 1859.
W. Irving nos dejó pero nos regaló sus maravillosas obras, obras o legados para el deleite de muchos.

Por David Domínguez.

1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Como bien mencionas la historia de este personaje es apasionante. Saludos!

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